En la escalada, como todos sabemos, hay varias modalidades o disciplinas. Una de ellas es, con diferencia, más moñas que las demás. Cómo no, es la más practicada por la inmensa mayoría ¿verdad? Obviamente se trata de la escalada deportiva equipada.
Es mucho más moñas, obviamente, porque te puedes caer en cualquier momento con tranquilidad. Si no es así, es que la vía está mal equipada, ¿verdad? Es mucho más moñas porque se trata de escalada amputada del concepto de compromiso, que no existe.
Luego existe la escalada deportiva equipada con alejes peligrosos, que no digo grandes; y obviamente no se sabe si tiene mucho sentido. Las vías semiequipadas son otra historia o no, según se mire; y las vías de autoprotección son, en definitiva, las únicas que nos ofrecen escalada completa y auténtica, con todos sus ingredientes fundamentales.
Aquel tipo de escalada tan moñas surge para el entrenamiento y la iniciación, para lo cual tiene sentido. Pero en seguida se convierte en una disciplina por sí misma, lo cual también tiene sentido, porque según el punto de vista que te salga del nabo, todo tipo de comportamiento en este mundo y los otros puede tener gran justificación y, por tanto, todo el sentido.
Tener o no tener sentido gira, digo yo, en torno a los valores de la no modificación de la roca y de la apertura de las vías por arriba o por abajo.
Cuando abres por abajo, como parece más natural subir a un risco, intentas modificar el medio lo menos posible, debido esto a una ética ecologista que existe en el montañismo, ya que si amas la montaña, lógicamente no quieres dañarla, ensuciarla ni añadirle paraboles. La cantidad de seguros taladrados que dejes determinarán tu capacidad como escalador, tu audacia. En relación inversa, claro. Emplees el estilo de progresión que emplees (ver "El lenguaje del anclaje" de Armad Ballart, en Desnivel).
Si equipas desde arriba, se supone que los anclajes para ti no son una modificación importante... Lo de limpiar la vía con todo tipo de herramienta tampoco, y lo de marcar las presas... tampoco. Bueno, te falta un paso para tallar presas.
¿Y qué ocurre si dejas una vía equipada con pitones, como seguros fijos, aunque no puedan estar colocados en el lugar más idóneo para que no te hagas pupita? Pues lo primero, que te cuesta un riñón, como se suele decir. Pero dejar los clavos puestos para poder repetirla sin maza es loable (los clavos son caros), muy ecologista (pues el metesaca de los clavos marca y rompe la roca); y muy ético (los clavos abren presas donde no las había). Luego está el peligro de que te roben los clavos, por el motivo que sea. También se rumorea el caso de vías en las que se usan clavos, luego se quitan, y luego en el croquis se tiene la poca vergüenza de dibujar un martillo tachado. Eso se dice.
Semiequipado: yo entiendo que se refiere a que están equipados los tramos que no admiten protección flotante, y limpios los que sí la admiten. Pero no es así: en muchos casos (mayoría, diría yo) encuentras vías con esta denominación en las cuales los pasajes de mayor dificultad están totalmente equipados, y los demás de cualquier manera, o de ninguna.
Pues bien: yo que soy muy listo tengo la solución: El que abre una vía lo hace con la ética que le da la gana; y los demás respetan esa ética. Con una única excepción: Respetar el carácter de cada zona.
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