Pese a haberme criado en Murcia, no me siento murciano. De hecho siento más cercanía con las gentes del Noroeste y de más al Sur de Lorca. Me siento más de Madrid, donde nací gato en Chamberí (dice mi tía Carmen) o de La Jara de donde es mi madre y mis ojos. Pero de donde en el fondo me siento, de donde siempre me sentí, es de Sierra Espuña, sin duda como tantos murcianos, pero, hasta qué punto soy yo de allí…
Sierra Espuña es un entorno montañoso tan antropizado que, de hecho, es casi del todo artificial. Sobre una orografía del todo esquilmada se hizo una “exitosa” repoblación a pinos y arruís (muflón del Atlas) y ahora parece todo autóctono y armonioso. Da el pego súper bien. Allí han nacido y vivido miles de personas, sin ir más lejos allí me salieron a mí los dientes, por decirlo de alguna forma.
Como no me interesa aquí contar mi vida y mis sentimientos, he eliminado varios párrafos de lo que escribí compulsivamente para pasar directamente al final, baste decir que, como cuando cualquier animal descubre algo nuevo, así descubrí yo que había gente subiendo por la pared Sur de Leiva, en esos días en los que las escaladas solían coincidir con aperturas. No sin esfuerzo fui aprendiendo las técnicas necesarias y repitiendo mis primeras vías de largos en Leiva, con mi hermano; y luego con mis amigos de la Escuela de Montaña de Santo Angel.
Tras hacer prácticas de apertura y equipamiento en Cabo Cope y por el Noroeste, abrimos algunas vías en este tan especial lugar para nosotros, con una motivación tal, que las recuerdo con nostalgia. Como esto si que es un objeto directo de mi blog, ahora que he escaneado aquellos croquis originales, los publico con una breve explicación, por si algún escalador les encuentra utilidad y por el bien de este “deporte”. Quizás escanee alguna foto que debo tener por ahí y la incluya, cuando me ponga…
EMSA
Era mi proyecto, pero en compañía de Ini y el parlante Antonio Córdoba; y siendo tal pareja como es de la Escuela de Montaña de Santo Angel; y habiéndoles yo conocido ahí; y siendo la vía tan gemela de la de su derecha, que se llama Club Montañero de Murcia (CMM) ¿qué otro nombre podíamos ponerle? pues el de nuestro club. La vía es un injerto que simplemente aprovecha un hueco libre de la pared, cruzando la repisa del Espolón Terray, superando un desplome estriado con algún plomo. Recuerdo que espitar colgando del segundo plomo fue como… ¡Rediós!. Eramos… lo que ahora ¡unos moñas de primera jajajaj! Lo de equipar la reuniones con químicos fue porque quería dejarlas equipadas de la mejor manera. La manera era ésta, lo que no sé es si tenía sentido equipar las reuniones de esta vía pero claro, en aquel momento nos pareció guay. Es lo que hay, tuvimos una lluvia de piedras de la que salimos ilesos en plan Pulp Fiction (bueno, si que nos tiramos a un agujero como gatos pero fue algo muy azaroso) y escalé el tercer largo sin cuerda porque llovía y… era fácil. Una chiquillada de vía.
Desidia
El nombre venía de la canción de Extremoduro, pero sí, nos sentíamos desidiosos, conscientes de que una generación anterior había tenido la vida que queríamos para nosotros; y nosotros no íbamos a ser capaces de tenerla. Era decepcionante sentirse a tiempo pero sin posibilidad. Y había posibilidad, pero no emigramos a tiempo… no sabíamos hacerlo quizás ¿Verdad Ini?. También fue un proyecto mío. De hecho, el tercer y clave largo lo había abierto mi hermano asegurado por mí años antes, en el 89. Que fuese Ini quien lo hizo no fue un gran cambio, él es bastante mi hermano también. Esta vía ya era algo más repetible; y poco después la equipé con Mavil, que era experto en equipar, con su rioby. Me molestaba un poco que limpiase tan a saco, pero hizo bien, así salía todo mejor en libre; y la vía se repite hoy día. Tiene alejes a propósito porque yo quería semiequiparla, para que no perdiera el punto del cacharreo, pero marcando el camino y con mayor seguridad (creo que este equipamiento fue acertado, salvo en la torre que igual sobra algún químico y las reuniones, que ahora pondría de otra forma). Puse los químicos con mucho amor para que hoy en día estén todavía perfectos. Hace pocos años supe de repeticiones por “Visón” en Nevasport o Murciaclimb o algo de eso y me hizo una ilusión ¡mu grande!. Y hace tan sólo unos días conocí a Visón en persona, casualidades destinales…
Tierra y Libertad
Este es mi primer artifo solitario de calidad. De tanta calidad que probablemente es A3. De hecho, Angel Ortiz y José Matas, que tenían el croquis detallado pues yo se lo di a Angel, no lo debieron creer al hacer la guía actual y la dibujaron por donde les salió de las narices, que ni se toca su trazo con la realidad, de modo que me parece interesante publicar tanto el croquis original (en plan collage sobre foto, la cagada es que se ve la cuerda que fijé porque la foto la hice al bajar XDDD) como el que me hizo Ana Matallana (cuando encuentre el archivo) así como una hoja original que he encontrado con la descripción detallada del segundo largo, que hice allí mismo con un carioca. A ver si con el croquis y la descripción se anima algún artificiero a escalar esta pequeña joya, la cual, doy por seguro, estará sin repetir. Como podéis imaginar, esos fueron años muy intensos, de poder y capacidad, aunque soledad y desencanto. El mundo en mis pies sentía. Y en esta coyuntura abrí Tierra y Libertad (la peli de Ken Loach estaba en boga) en un humilde pero precioso rincón de la pared. Si hubiera ido al Urriello, creo que habría salido airoso por arriba. Era capaz de… mucho. Pero era pequeño y humilde, y me fuí a mi rincón. Unos que se creían locales (jajaja) me preguntaron a gritos desde el sendero de bajada "¿quién eres?”. No contesté. ¿Quién cóño creían ser ellos? Locales somos los arruís y yo; y los gritos no molaban.
Primera Vez
Primera y de momento última vez que abría con Tomás, con quien bastante repetí, pues durante unos años fui su sufrido paquete. A su vez y en honor a mi gusto por los nombres cortos y polisémicos, oda a las primeras veces de todo, tan intensas y especiales. Ya éramos mayores. Era del todo un escándalo que este paño entre el diedro Polo de Limón y su simétrico Diedro Fitz Roy siguiera sin abrir. De hecho es un escándalo que esta parte de la pared sea tan poco visitada por los locales, al menos, pues pese al zócalo que le resta, el rocote lo compensa. La vía está muy bien y me apetece, incluso, equiparla en plan deportivo. Ahí está, ¿sin repetir también?
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